Monsalud supuso con razón que la P de la primera línea era la última de la notación abreviada de la tribu Papiria, colocada como es de esperar inmediatamente antes del cognomen. Falta pues, a la izquierda, praenomen abreviado, nomen y filiación. Creemos que a pesar de la rotura del lado derecho hay líneas que están completas por este lado, lo que ya habían pensado Mallon - Marín para la línea cuarta. Nos parece que en ese caso está también la primera y la quinta. En cuanto a la última, nadie ha albergado la menor duda. García Iglesias no sabe explicar la M por la que comienza la línea segunda: "como no sea suponiendo una abreviatura del origen geográfico del difunto. De ser cierto, debe tratarse de alguna población adscrita a la tribu Papiria distinta de Mérida, entre otras cosas porque la abreviatura Em(eritensis) no se da".
El nombre del primer difunto va en dativo, mientras que el de la segunda, del que solo se conserva la sílaba final -da, va en nominativo. Es un fenómeno para el que la gramática psicológica tiene una clara explicación (paso a la posición de descanso, cf. Lasso de la Vega 1968, 115-116).
García Iglesias: "Podemos pensar en tres difuntos, quizás dos de ellos todavía niños (uno con total seguridad, pues se nos expresa la edad); posiblemente se trate del esposo y de dos hijos de la dedicante VENVSTA. Fue ésta quien encargó testamentariamente la ejecución de la memoria funeraria. El que se nos diga EX TESTAMENTO parece razón suficiente para que podamos considerar a VENVSTA como difunto número cuatro, a no ser que fuera albacea testamentaria del primer difunto. Las siglas que cierran la inscripción se deben entender como [h(oc)] m(onumentum) • h(eredes) • n(on) • s(equetur) e indican que se trata de un sepulcro familiar, no transmisible por herencia" (cf. García Valdecasas 1928, 5 ss.; D'Ors 1953, 408 y 413-415; Watson 1968, 8).